domingo, 9 de junio de 2013

Se Hace Camino al Andar

1995. Estaba en 3ro. de media (hace poquito no más). Los dos años anteriores los pase con las justas y con 10.5 de conducta (Mi etapa de mocoso rebelde que no hace caso a nadie ni estudia por nada), y como era de esperarse mi señora madre estaba ligeramente preocupada y molesta jeje. En esos momentos extremos en que sacas de quicio a tu mamá, no sabes cómo ni cuándo ni dónde ni por qué ni quién, pero se averigua absolutamente todo de lo que pasa y no pasa en tu colegio y busca una forma de “ponerte en línea”. La respuesta a sus plegarias las tendría con la llegada del “Hermano” nuevo como tutor de mi salón (Estudié en el San Luis de Barranco, manejada por la Congregación Marista, por eso se les decía “Hermanos”… es la hermosa bandera Mariiistaaa…)

Este Hermano nuevo estaba organizando un “grupo juvenil” llamado “MARCHA” e invitaba un día sábado a todos los de mi año que quisieran ir “voluntariamente”. Mi señora madre, como quién pone a hacer algo los sábados al vago de su hijo, me dijo sutilmente: “Anda a ese grupo para que le hagas la “patería” al Hermano a ver si apruebas su curso” (Alucinen que era tan vago que jalaba religión jajaja). Uno conoce la mirada de su madre, tan dulce y tierna, y su mirada me decía: “si no vas, te saco la cun…”. 

Jamás hubiera imaginado que entrar a este grupo me cambiaría la vida, así de sencillo y maravilloso. Nos vendieron la idea de que podíamos ser líderes cristianos para América Latina… y yo compré la idea. No sería algo sencillo pero valía la pena el intento y de a pocos fui cambiando mi forma de pensar, sentir y actuar frente a mi propia vida, para poder reflejarla hacia los demás. ¡Semejante reto para un mocoso de quince años! Así que por este nuevo mundo de amor, paz, Cristo, Marcelino, grupo, guías, caminantes y demás; me di cuenta que no por las puras estaba ahí, que tenía que mejorar y que lo poco o mucho que consiga iba a ser producto de mi propio trabajo. 

Mi primer reto era pasar religión jajaja. Un proceso de mejora se empieza por pequeñas cosas para ir ganando confianza. A fin de año pasé religión y los demás cursos con las justas… ¡Hasta conducta! Pero como bien aprendí, cambios importantes en tu vida no se consiguen de la noche a la mañana. 4to empecé con otra actitud y me propuse estudiar… ¡y hasta me gustaba! Y termine con un promedio de más de 15 y en 7mo puesto, y pase de ser uno de los vagos a uno de los chancones del salón. En el último bimestre de 5to obtuve el 2do lugar en mi salón (¡ni yo la creía!). El mejor premio fue ver la alegría inmensa de mi madre… Realmente me sentí feliz de hacerla feliz, de que se sienta orgullosa de mí y de poder retribuirle de alguna manera todo el esfuerzo y sacrificio (y la paciencia) de esos años de rebeldía. 

Eso era un reflejo de los cambios que se iban dando por dentro. Aprendí poco a poco muchas cosas importantes sobre cómo ser una mejor persona y un mejor cristiano. Pero primero tuve que darme cuenta que era un chibolo que sólo pensaba en lo que yo quería. Sentí un vacío en mi pecho que me hizo dar cuenta que “me faltaba algo”, para luego sentir cómo esa fuerza divina iba invadiendo todo mi ser, al punto que realmente sentí que con “EL”, todo era posible. Me sentí bendecido.

Tengo muchos y muy lindos recuerdos de esos tres años que pasé en el grupo (3ro a 5to); de las reuniones, de los encuentros, de los retiros, los cambios, las “crisis”, de la gente que conocí, de las amistades que se forjaron, hasta del amor que brotó por ahí (sí sí, ustedes de esa época saben a quién me refiero jajaja). Acabé el cole sintiendo que “algo bueno había hecho”.

Al año siguiente, ya en la universidad, me invitaron cordialmente a ser “Guía” de los chicos de 3ro. No lo tuve que pensar mucho y acepté. Ahora me tocaba estar del otro lado y sin duda la experiencia fue distinta pero igual o más gratificante que la anterior etapa como “caminante”. Tenía que dirigir un grupo de chicos con la novedad de invitar a chicas (mi colegio era solo de hombres), organizar las reuniones, preparar el material, aplicar cosas aprendidas en ese mismo grupo y aprender nuevas para poder orientar a chicos no tan menores que yo. 

Fue un camino difícil, con varias trabas. Cometí varios errores en esos seis años que estuve entre MARCHA y pastoral… hasta en algún momento me botaron jajaja (Ya contaré sobre eso en otra publicación), pasando a conformar el grupo de los “excomulgados”… y bueno, yo también era joven e inexperto como “guía”. Luego regresaría por la puerta grande… Conocí chicos buenos de los cuales hasta ahora siento su aprecio y cariño, conocí otros guías de otros colegios con los que formé una familia “diáspora”, y que son verdaderos amigos. Pero dentro de todo me sentía feliz por seguir mí camino de líder cristiano, ahora formando otros futuros líderes, y que espero algo de esas enseñanzas se les hayan quedado.



Más de ocho años han pasado para tener contacto nuevamente con MARCHA. Fue una experiencia “alucinante” regresar al colegio, encontrarme con otros guías (aunque por ahí algunos “anticuchos” jajaja) y otros caminantes, pero con el mismo gran espíritu y la convicción de una gran misión encargada por el “Gran Guía” (Jesús): seguir formando líderes cristianos.

Me invitaron para compartir con ellos mi experiencia de vida por lo que me pasó a raíz del cáncer y mi operación de la pierna, y cómo estoy afrontando y saliendo adelante con mi vida, como yo la quiero, a pesar de esta gran adversidad. Tampoco dudé en aceptar esa invitación. No imaginé que iba a ser tan dramática mi entrada, casi de película jajaja… 

Todos estaban en un salón grande y les pusieron mi reportaje en Panorama (Parte 1 http://www.youtube.com/watch?v=Y6OLmq8v-7E y parte 2 http://www.youtube.com/watch?v=8e8jgOBDaM0), cuando terminó, apagaron las luces y los hicieron rezar con los ojos cerrados. Me hicieron entrar a oscuras y yo estaba en muletas, sin la prótesis… cómo les explico que casi no veía nada… pero el “señor” iluminó mi camino jeje. Llegué hasta el frente y me senté en una silla, y luego prendieron las luces…

Hubo muchas caras de sorpresas y más de uno se paró a mirar… un poco más y les digo “tóquenme que soy realidad” jajaja. Luego del shock, comencé a contar mi historia… tenía una hora que me parecía mucho, pero al final quedó corto para las muchas cosas que llevo dentro y que iban saliendo al verlos sentados ahí, donde alguna vez yo estuve… y me hubiera pasado tres horas más contándoles tantas cosas, que espero sea en otra oportunidad. 

Al final de la charla pasó algo que la verdad ni siquiera lo pensé: Se pararon para aplaudir. Saben que normalmente me gusta la peliculina, pero esta sensación era distinta. Luego vendría “la foto con Kikin”, y sentía que todos se amontonaban para estar cerca jajaja. Para terminar, lo más gratificante de todo, es que hicieron cola para acercarse a saludarme y felicitarme: “Tu si ah”, “tú eres”, “eres un ejemplo”, “que tal fortaleza”, “estas chapado” (jajaja no tiene nada que ver pero me dio risa la frase jajaja), y la mejor de todas, la de una chica, con los ojos brillosos y con una sonrisa mágica, me dijo “gracias, me has ayudado un montón” y luego me abrazó. 

Eso, sin duda, no tiene precio. Eso me hace entender que no es casualidad que a MI me haya pasado todo esto, sino que tenía que ser yo para estar donde estoy ahora, y pensando hacer todo lo que quiero hacer y conseguir, no solo por mí, sino también por todas aquellas personas que necesitan verse identificados y/o reflejados en alguien para ponerse de pie y creer que “querer es poder”. Eso se llama FE. La aprendí en todo este tiempo gracias a la bendición de Dios y a la gente he conocido, no de casualidad sino porque ese era el camino…



Así que este es mi mensaje final para estos nuevos chicos de MARCHA: tengan FE, FE en sus padres, a pesar que sienten que no los entienden, los aman más de lo que creen, más adelante lo comprenderán; FE en sus amigos, en sus verdaderos amigos, en que no los dejarán caer; FE en la vida, pues por más fea que se ponga, siempre podrá ser mejor, siempre y cuando ustedes quieran que así sea; FE en ustedes, que serán capaces de lograr lo que quieran siempre y cuando crean que ustedes pueden; FE en el amor, pues no hay poder más grande en el mundo; y FE en Dios, quien es la fuente de amor donde está todo lo que necesites saber, creer y sentir.


¡He dicho! 


La frase motriz.- “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar” – Antonio Machado. Así sea con una pata, hay mucho camino por recorrer…

Asu Mare.- Gracias mamá por enseñarme a ser patero… Si no fuera por ti y por querer lo mejor para mí, no sería quien soy ni estaría donde estoy.


Kikin Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(09 de Junio del 2013)

8 comentarios:

  1. Sin palabras... realmente sin palabras...
    Eres un maestro, todo un ejemplo.
    Qué orgullo considerarme tu amiga cibernética :)

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  2. Que te puedo decir amigo Kikin!!!!! la FE es todo y nosotros que somos los privilegiados en recibir cierta información y a parte de eso de vivirla, compartirla y en las distintas formas expresarla!!!!
    Saludos,,,,

    Kid Rivera

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  3. Como dice Marite, sin palabras. Estas cosas son dificiles de explicar, no hay una explicación lógica sino atribuirle a alguien divino. Me alegra mucho que estes bien a pesar del cáncer. Sigue así y sigue contanto tu testimonio, las cosas pasan por algo.

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    1. Gracias Maxwell, eso trato de seguir haciendo y cada vez espero mas gente se contagie un poco de mis experiencias y se lleve algo positivo para sus vidas

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  4. ¡Grande Kikín!

    Qué bonito y qué sensación de recordar a "Marcha". Yo también siempre me he sentido bendecido por eso. Mis mejores amigos (mis hermanos, ¡y mi testigo de Matrimonio!) son de Marcha. De las mejores experiencias de vida. Somos lo que somos también porque el Gran Guía nos condujo y nos habló en "Marcha".

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    1. Asi es Marquito, ha sido una bendecion y por lo mismo debemos mantenernos firmes de ser lideres cristianos para America Latina, ahora cada uno desde el trabajo, familia y amigos. Bendiciones!

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