A propósito del post anterior (http://kikin-rispa.blogspot.com/2015/08/atletas-de-acero.html) en que menciono que somos humanos como cualquier otros, con mucho coraje pero también con dudas y miedos, me acordé de esa pregunta (la del título) hecha por una amiga hace poco.
Ella me invitó a tomar lonche con su esposo y a sus tres angelicales hijitos jejeje. Les regaló mi libro, uno a cada uno, y la idea era que les cuenta mi historia para hacer el libro más “vivencial” (casi una mini charla).
Mientras iba contando lo del cáncer y del hospital y la quimio y bla bla bla, mi amiga me pregunta: “¿Kikín, Tenías Miedo?” Me quedé un rato un blanco pues nadie nunca me lo había preguntado tal cual; no creo que no haya sido porque nadie quisiera preguntar sino porque a veces a las personas, aun siendo amigos de confianza, les cuesta hacer entrar a tanto detalle.
Yo no me hago paltas en lo más mínimo con lo que me pasó y de contar mi historia, ya he repetido “incansablemente” que es parte de mi propósito, solo que nunca me la habían soltado tan directo, menos frente a niños.
Me quedé pensando unos segundos porque era la primera vez que tenía que responder a algo así y con un auditorio muuuy particular. Tomé aire, respire profundo, ajusté el * y dije con total naturalidad y convicción: “Sí claro, tenía miedo”.
Habría que estar demente o ser un cyborg para no sentir miedo ante algo tan difícil como me tocó vivir. Es normal, natural y a veces hasta sano sentir medio; porque literalmente eso nos puede salvar la vida (¿no vieron “intensamente”?).
Pero en este caso podría causar lo contrario. Dejarse dominar por el miedo a morir puede ayudar a que eso pase. Por miedo nos congelamos, nos deprimimos, nos abandonamos de la lucha… y si no pelees pues sencillamente a lo que te enfrentas, sea lo que sea, te va a ganar rápidamente.
“Sí claro, tenía miedo… a nadie le gusta la idea de tener cáncer, de que te amputen la pierna y de que puedas morir”. No sé si fue muy duro para unos niños entre 7 y 15 años pero tampoco se gana nada ocultándoles la verdad o “poniéndoselas bonita”. Además para eso me llevaron ¿no?, para que aprendan de la vida y de ser agradecidos con lo que se tiene.
Pero bueno, enfrentarse a todas esas cosas da miedo… soy humano y uno muy sensible; me estarían exageradamente sobrevalorando si creyeran que no tuve miedo al enfrentarme a todo eso…
“Sí claro, tenía miedo… a nadie le gusta la idea de tener cáncer, de que te amputen la pierna y de que puedas morir. Pero eran mayores mis ganas de vivir y el miedo se supera… siempre va a existir y depende de nosotros vencerlo y hacer lo que queremos a pesar de ello”.
Y así es, el MCHQSR (http://kikin-rispa.blogspot.com/2013/04/macho-chorrillano-que-se-respeta.html) tuvo miedo. El hecho que esté medio loco no me hace insensible al temor ni mucho menos. Todos sentimos temor y el que diga que no es el más cobarde de todos.
Tuve miedo y mucho, pero no exactamente a morir… tuve miedo a no seguir viviendo para seguir disfrutando de la vida (por eso la vivo intensamente en cada cosa que hago), para cumplir mis sueños (que son muchos y ya los voy cumpliendo), para encontrar mi propósito en esta vida y realizarlo (que ya lo tengo y me apego a ella en todo lo que hago), para dejar un legado importante para todos y sentir que he sido útil en esta segunda vida que he tenido el regalo de continuarla.
¡He dicho!
¿Qué ves al otro lado?.- Mi amiga/sicóloga hace muchos años me hizo una prueba muy chévere. En la última parte me dijo que me imagino caminando por un sendero que esté libre y despejado, un sendero bonito que me de tranquilidad; de pronto frente a mi aparece un muro muy alto que no podía bordear por lo que la única alternativa era trepar. Con mucho esfuerzo llegué hasta arriba y me detengo a ver lo que hay del otro lado… “¿Qué ves?”, me preguntó. “El camino continúa”, contesté. “Qué bonita respuesta friend -me dijo- El muro representa la muerte y tu reacción sobre lo que ves del otro lado es lo que sientes respecto a ella… y tú no le tienes miedo, para ti solo es un cambio de estado… el camino sigue”.
Kikin Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(21 de Agosto del 2015)
Ella me invitó a tomar lonche con su esposo y a sus tres angelicales hijitos jejeje. Les regaló mi libro, uno a cada uno, y la idea era que les cuenta mi historia para hacer el libro más “vivencial” (casi una mini charla).
Mientras iba contando lo del cáncer y del hospital y la quimio y bla bla bla, mi amiga me pregunta: “¿Kikín, Tenías Miedo?” Me quedé un rato un blanco pues nadie nunca me lo había preguntado tal cual; no creo que no haya sido porque nadie quisiera preguntar sino porque a veces a las personas, aun siendo amigos de confianza, les cuesta hacer entrar a tanto detalle.
Yo no me hago paltas en lo más mínimo con lo que me pasó y de contar mi historia, ya he repetido “incansablemente” que es parte de mi propósito, solo que nunca me la habían soltado tan directo, menos frente a niños.
Me quedé pensando unos segundos porque era la primera vez que tenía que responder a algo así y con un auditorio muuuy particular. Tomé aire, respire profundo, ajusté el * y dije con total naturalidad y convicción: “Sí claro, tenía miedo”.
Habría que estar demente o ser un cyborg para no sentir miedo ante algo tan difícil como me tocó vivir. Es normal, natural y a veces hasta sano sentir medio; porque literalmente eso nos puede salvar la vida (¿no vieron “intensamente”?).
Pero en este caso podría causar lo contrario. Dejarse dominar por el miedo a morir puede ayudar a que eso pase. Por miedo nos congelamos, nos deprimimos, nos abandonamos de la lucha… y si no pelees pues sencillamente a lo que te enfrentas, sea lo que sea, te va a ganar rápidamente.
“Sí claro, tenía miedo… a nadie le gusta la idea de tener cáncer, de que te amputen la pierna y de que puedas morir”. No sé si fue muy duro para unos niños entre 7 y 15 años pero tampoco se gana nada ocultándoles la verdad o “poniéndoselas bonita”. Además para eso me llevaron ¿no?, para que aprendan de la vida y de ser agradecidos con lo que se tiene.
Pero bueno, enfrentarse a todas esas cosas da miedo… soy humano y uno muy sensible; me estarían exageradamente sobrevalorando si creyeran que no tuve miedo al enfrentarme a todo eso…
“Sí claro, tenía miedo… a nadie le gusta la idea de tener cáncer, de que te amputen la pierna y de que puedas morir. Pero eran mayores mis ganas de vivir y el miedo se supera… siempre va a existir y depende de nosotros vencerlo y hacer lo que queremos a pesar de ello”.
Y así es, el MCHQSR (http://kikin-rispa.blogspot.com/2013/04/macho-chorrillano-que-se-respeta.html) tuvo miedo. El hecho que esté medio loco no me hace insensible al temor ni mucho menos. Todos sentimos temor y el que diga que no es el más cobarde de todos.
Tuve miedo y mucho, pero no exactamente a morir… tuve miedo a no seguir viviendo para seguir disfrutando de la vida (por eso la vivo intensamente en cada cosa que hago), para cumplir mis sueños (que son muchos y ya los voy cumpliendo), para encontrar mi propósito en esta vida y realizarlo (que ya lo tengo y me apego a ella en todo lo que hago), para dejar un legado importante para todos y sentir que he sido útil en esta segunda vida que he tenido el regalo de continuarla.
¡He dicho!
¿Qué ves al otro lado?.- Mi amiga/sicóloga hace muchos años me hizo una prueba muy chévere. En la última parte me dijo que me imagino caminando por un sendero que esté libre y despejado, un sendero bonito que me de tranquilidad; de pronto frente a mi aparece un muro muy alto que no podía bordear por lo que la única alternativa era trepar. Con mucho esfuerzo llegué hasta arriba y me detengo a ver lo que hay del otro lado… “¿Qué ves?”, me preguntó. “El camino continúa”, contesté. “Qué bonita respuesta friend -me dijo- El muro representa la muerte y tu reacción sobre lo que ves del otro lado es lo que sientes respecto a ella… y tú no le tienes miedo, para ti solo es un cambio de estado… el camino sigue”.
Kikin Rispa
kikerispa2003@yahoo.es
(21 de Agosto del 2015)